La obsesión humana por alcanzar la perfección absoluta no tiene límites. La pasión científica se ha encargado de diseñar un prototipo que no se atrasará un segundo cada 3.700 millones de años. No se podrá llevar en la muñeca, pero esta máquina de auténtica precisión se utilizará para descubrir los misterios de la creación y para otras muchas cosas que son tan cotidianas que no nos damos cuenta que necesitan de una gran precisión para funcionar. Para que nos hagamos una idea de la precisión de este aparato, basta decir que si este reloj hubiese existido desde el principio del universo, hoy sólo llevaría 4 segundos de retraso.
Su tamaño es como el de un frigorífico, su "corazón" como el de una y su "tictac" viene dado por los cambios de estado, las vibraciones de un átomo de aluminio cargado eléctricamente.
Te preguntarás para que necesitamos una precisión tan exacta. Pues para más cosas de las que te imaginas. Para mejor los sitemas GPS que basan su funcionamiento en un reloj que calcula las distancias entre los satélites y la Tierra. Podríamos pasar de disponer de varios metros de exactitud a, tan sólo, ¡un milímetro de error!
Otras aplicaciones que se espera tenga este preciso reloj sea la de poner a prueba las teorías físicas actuales o testar con exactitud la dilatación del tiempo, predicha por la teoría de la relatividad y verificada por primera vez en 1959.
Fuente: ABC 15-02-2010
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